Yo Era la Reina del Autosabotaje… Hasta que Reprogramé Mi Mente

Como una Computadora

Toco el piano desde que tenía tres años.

Tenía este sueño (bueno, más bien una obsesión) de convertirme en la mejor pianista del mundo.

La música era mi escape, mi identidad, mi todo.

I Was the Queen of Self-Sabotage Until I Rewired My Mind

Like a Computer

I've been playing the piano since I was three.

I had this dream (okay, more like an obsession) of becoming the best pianist out there.

Music was my escape, my identity, my everything...

Pero a los 14 años, la arruiné.

En serio.

Sucedió durante un concierto—la peor pesadilla de cualquier pianista. Toqué la tecla equivocada.

Un error minúsculo, solo unos milímetros de diferencia, pero el sonido que salió fue horrible.

Mis manos comenzaron a temblar, mi mente se congeló y, antes de darme cuenta, las lágrimas corrían por mi rostro.

El público me miraba—sentía que me juzgaban..

No lo soporté. Salí corriendo del escenario.

Y en ese momento, algo dentro de mí se rompió.

Me prometí que nunca más volvería a tocar el piano. Y lo decía en serio.

Lo que vino después fue duro.

La única cosa que siempre había sido mi terapia desapareció.

No tenía forma de procesar mis emociones, ningún escape.

Caí en un espiral de ansiedad y depresión.

Los ataques de pánico se convirtieron en parte normal de mi vida.

Pasé de ser una chica que soñaba con ser la mejor pianista del mundo…

a alguien que no podía mirarse al espejo sin sentirse como un fracaso.

Estaba desesperada por una solución.

Probé de todo—terapia, medicación, libros de autoayuda, trucos mentales.

Algunas cosas ayudaban por un rato, pero en el fondo, siempre había una parte de mí que quería sabotearme.

Estaba ahí, al acecho, esperando el momento perfecto para destruir todo lo que había construido.

Me aferraba con todas mis fuerzas, tratando de no dejar que ganara.

Pero sabía que solo era cuestión de tiempo hasta perder la batalla.

Y entonces llegó el certamen de Miss Venezuela Universo

En ese punto, estaba mejor.

Había encontrado formas de funcionar, nuevas maneras de sobrellevarlo.

Pero esa parte autosaboteadora… solo estaba esperando su momento.

Y en ese escenario, en esa competencia, atacó de nuevo.

Me hicieron una pregunta—una que sabía responder, una que había practicado.

Pero en ese instante, mi mente se quedó en blanco.

Me congelé. Fallé.

Y así, vi cómo mi sueño se me escapaba entre los dedos—frente a una audiencia enorme.

La humillación fue insoportable.

Mi fracaso ya no era solo mío—era público. Un espectáculo nacional.

Ese momento me sumió en una depresión tan profunda que apenas logré salir.

Durante un año estuve perdida. Ahogándome.

Y me hice la misma pregunta una y otra vez:

¿Cómo me aseguro de no volver a sentirme así nunca más?

Ahí fue cuando me lancé de lleno al estudio de la mente subconsciente.

Había leído sobre ella antes, pero nunca entendí realmente cuán poderosa era.

Sabía que mis tendencias al autosabotaje vivían ahí, pero no tenía ni idea de cómo alcanzarlas—mucho menos cómo cambiarlas.

Entonces, una amiga me mencionó un programa de certificación de coaching.

Y fue ahí donde descubrí herramientas como la PNL y la hipnoterapiaformas reales y prácticas de reprogramar la mente subconsciente.

Me obsesioné.

No porque quisiera ser coach—solo quería arreglarme a mí misma.

Pero no me detuve en una certificación.

Busqué todas las que pude encontrar.

Probé todo en mí, experimentando como una científica loca.

Y en algún momento

del camino...

Comencé a desarrollar lo que más tarde se convertiría en mis fórmulas internas—una mezcla de coaching, terapia, PNL e hipnoterapia, estructurada como fórmulas científicas.

Simples. Prácticas. Predecibles.

Y funcionaron. Como por arte de magia. Me convertí en una persona completamente diferente.

Hasta el día de hoy, mi prometido no me cree cuando le cuento sobre la niña ansiosa y deprimida que solía ser. Es como si hubiera sido otra persona por completo.

¿Y ahora? Me siento libre.

Estoy llena de alegría.

Y por primera vez en mi vida, no tengo miedo de que mi antiguo yo regrese.

Porque ahora confío en mí misma.

And somewhere along

the way...

I started developing what would later become my signature inner formulas.

A mix of coaching, therapy, NLP, and hypnotherapy, structured like scientific formulas. 



Simple. Practical. Predictable.


And they worked. Like magic.


I became a completely different person. To this day, my fiancé doesn’t even believe me when I tell him about the anxious, depressed little girl I used to be. 



It’s like she was someone else entirely.


Now? I feel free. I’m joyful. And for the first time in my life, I’m not afraid that my old self will come creeping back. Because I trust myself now.

Y entonces, sucedió

algo increíble.

Comencé a compartir mis fórmulas con amigos.

De forma casual, solo para ayudar.

Pero seguían regresando. Una y otra vez.

Fue ahí cuando lo comprendí—había descubierto algo verdaderamente mágico.

Con su permiso, usé a mis amigos como sujetos de prueba, perfeccionando mis fórmulas.

Inviertí más de $300,000 en desarrollarlas, asegurándome de que fueran lo más precisas y efectivas posible.

Y hoy, estoy increíblemente orgullosa de decir que he ayudado a más de 3,000 personas a transformar por completo sus vidas.

Sé que estas fórmulas funcionan porque he recibido testimonios increíbles.

Gente que me dice que soy la razón por la que se convirtieron en millonarios… o que los ayudé a sanar enfermedades que los médicos consideraban incurables.

Algunas historias son tan increíbles que ni siquiera las comparto—porque, sinceramente, suenan demasiado buenas para ser verdad.

Este es mi propósito.

Y si estás leyendo esto, creo que estás aquí por una razón también.

Si estás listo para experimentar este tipo de transformación, haz clic aquí. Reescribamos tu historia juntos.